No todo va a ser ir con prisa. (Aprox. al Calvitero)

Llega la hora de hacer planes para el jueves. La noche antes con la única certeza de que va a hacer un tiempo bueno de verdad, aún no tengo decidido si correr o dar un paseo por la nieve. Fuerte duda, ya podían ser así todas.
Las 10:30 y al final me decido por el monte, que este solazo lo mismo no vuelve a repetirse en todo el invierno.
Con el coche el el aparcamiento de la estación tiro pa arriba camino del Calvitero, en el que no he puesto el pie desde hace más de 15 años.



Como mola volver a escuchar como cruje el hielo en el más absoluto silencio. Tiro y tiro siguiendo las huellas que me encuentro en el camino y tras una hora de pateo ya estoy en to lo alto.
Y desde aquí, con una vista espectacular de Gredos, me doy cuenta que, o esto no es el Calvitero o que la escultura de la virgen que pasa frío, se fue de vacaciones. Resulta que estoy en el Canchal Negro según me saca de dudas un colega que con raquetas se estaba dando un paseito para preparar una travesía la semana próxima por Fuente Carrionas. Así que con la excusa a repasar picos, valles y pueblos del la Montaña Palentina donde tan bien lo pasé estos últimos años, pasamos un buen rato.


El Calvitero tendrá que esperar otra ocasión, pero creo que mereció la pena la decisión, que para correr tenemos todo el año.

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