Mucha ferrata y poco pata. Ya desde Monte Perdido ni una carrera organizada y ya se añoraba el ambiente y buen rollo que se encuentra a esas horas de la mañana donde los borrachos que están de doblete te ponen ojitos al verte de mallas.
  Esta vez toca Bejar, donde el Cross de Candelario y la Subida al Pico del Águila juntan a ciento y pico corredores con ganas de darlo todo. Con Luisma tiramos para el Pico, mientras Carlos corre el cross como extreno en esto del monte.

  Perfilazo que nada más salir hace mucha pupita y que no parará hasta coronar. Todo acompañado de una meteo perfecta y los ánimos del gran Heras que esta vez no pudo por lesión participar.

  Pinares, castaños, Candelario con sus simpáticas señoras en el avituallamiento, variedad de paisaje y descensos de vértigo hacen esta carrera de una marca en el calendario para el año que viene.


  Muchas gracias a los organizadores y ánimo para el próximo año, que tenemos muy poquitas carreras por estas tierras y correr en esta sierra es un privilegio.