Moco marrón en Peña Negra

Todo el mundo tiene esos días en que miras por la ventana y el sentido común te dice al oído derecho que con la que cae, mejor que te marches a casa. Lo malo es de antemano sabes que no vas a hacerle ni caso, que te gusta más la canción del que suena por el izquierdo. Pues eso, que si la calima es cosa solo de Canarias, mejor mira por la ventana. Aquí en Bejar el parte kukuruku dice: 28 grados, escasísima humedad, nulo viento y un cielo marrón marrón.
Tanto rollo para decir que con el coche a la altura de Llano Alto, empezamos por el camino de los registros hacia Peña Negra.
 Improvisando un sendero descubro una bajada diabólica para la mtb que se coge desde el repetidor. Aquí unos obreros de la bici se han currado sus peraltes y saltos que algunos probaremos con más miedo que vergüenza.

  Queda lo peor, subir por la pista a pleno sol hasta el collado donde sale el camino a Cantagallo. Se sufre pero se llega.  Con mala cara y con un trago de agua caliente "patapun pa bajo".



Con un ojo en la pista y otro en el ganado que anda suelto, no sea que algún chucho que les cuide se aburra y me haga esprintar, marcho buscando el sendero viejo que atraviesa el Monte de Bejar.


Tras algún despiste ya marchamos camino de la Fuente del Lobo, que tras darnos un buen chorraco, decido que a partir de aquí no corre ni Rita. Me busco la excusa que lo que queda es carretera y que esto ya no cuenta, así que más arrastrándome que andando llego al coche y vuelo en busca de la gasolinera donde un redbull hace honor a su eslogan.

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